Tenía miedo de olvidar tu rostro, tu voz, tu sonrisa, tu canto, tu calor, tus caricias; cuando ya no te encontré me odie a mí mismo por no seguirte, pero el tiempo avanza temí la soledad que iba desapareciendo, sin saberlo aprendí a olvidar a las personas que llamaba amigos, a lidiar con las situaciones; pero solo estaba seguro de una cosa quien eras tú aunque llevaba un gran vació, me prometí continuar, mi destino estaba escrito había dioses que derrocar, guerras que librar, ángeles que enfrentar, aunque haya llegado hasta aquí no quiero escuchar excusas ni historias ni esperar por ellas, espere tanto deseando verte, deseando decirte bienvenida de vuelta; solo quiero que vuelvas a cantarme una canción para grabar tu voz por toda la eternidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario